José Gálvez Barrenechea, un famoso poeta del Perú antiguo, fue quien, a raíz de que su esposa Amparo Ayarza le preparó un exquisito postre, le dio el nombre de “suspiro” por ser suave y dulce como el suspiro de una mujer.
Así nace el popular suspiro a la limeña a mediados del siglo XIX en la capital del país. Consiste en una crema dulce a base de leche, yema de huevo, azúcar y esencia de vainilla cubierta con un merengue (clara de huevo, vino oporto y azúcar). Siempre se sirve en pequeñas copas y se decora con polvo de canela, se trata de un postre muy dulce y delicioso al paladar.
Se dice que el postre de antaño fue inspirado en el tradicional manjar blanco, dulce muy popular en la época colonial que llegó con los españoles y que podría considerarse como el “dulce de leche peruano”.
El también conocido como suspiro de limeña o suspiro limeño no sólo se disfruta en Lima, su sabor ha conquistado a todo Perú, de manera que, grandes industrias lo comercializan a nivel internacional.
Diana Ramírez R.
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