En el corazón del Mercado de Magdalena del Mar, un pequeño puesto gastronómico ha conquistado paladares y redes sociales con un nombre que ya es sinónimo de sabor y contundencia: La Piernona. Este emprendimiento, liderado por el joven chef venezolano Kevin José Fermín Monroy, ha logrado posicionarse como uno de los huariques más visitados de Lima gracias a su reinterpretación de la clásica butifarra peruana.
Un sándwich con historia y carácter
La butifarra, tradicional sándwich limeño elaborado con jamón del país, salsa criolla y pan francés, es un ícono de la cocina popular peruana. En “La Piernona”, este platillo se transforma en una experiencia robusta y sabrosa, con porciones generosas, ingredientes frescos y una sazón que mezcla tradición con innovación.
El nombre del puesto, “La Piernona”, hace alusión tanto al tamaño del sándwich como a la fuerza con la que se presenta: una propuesta que no pasa desapercibida y que celebra la abundancia y el sabor sin complejos.
Un emprendimiento con alma migrante
Kevin José Fermín Monroy llegó al Perú en 2020, en plena pandemia, con el sueño de continuar en el rubro gastronómico. Tras varios intentos en Chaclacayo, encontró en Magdalena del Mar el espacio perfecto para dar vida a su proyecto. Con el apoyo de su familia y su esposa Michelle, “La Piernona” se convirtió en un punto de encuentro para quienes buscan comida sabrosa, accesible y con identidad.
Reconocimiento y expansión
El éxito de “La Piernona” ha sido impulsado por el boca a boca, la calidad de sus productos y una atención cálida que ha fidelizado a sus clientes. El puesto, ubicado en el puesto 19 del Mercado de Magdalena, atiende todos los días desde las 7 a.m. hasta las 6 p.m., y ha sido destacado por medios gastronómicos como uno de los imperdibles de la zona.
Además de la butifarra, el menú incluye anticuchos, salchipapas y otras delicias callejeras que complementan la experiencia.
“La Piernona” no es solo un sándwich: es una muestra de cómo la cocina peruana sigue evolucionando, integrando influencias, celebrando sus raíces y abriendo espacio para nuevas voces. En cada mordida hay historia, esfuerzo y sabor.
Un huarique que honra la tradición limeña mientras escribe su propio capítulo en la gastronomía urbana del Perú.
