En Perú, al igual que otros países de Latinoamérica como Ecuador y México, se celebra el día los muertos con una tradición muy especial. Entre el 1 y 2 de noviembre los peruanos tienen citas muy importantes, Todos los Santos y el Día de los Muertos.
En la cultura andina peruana, cuando las personas mueren siguen en la continuidad de la vida, es decir, no resucitan, sino que su alma sigue existiendo en el más allá. En base a esta creencia, y como forma de mantener la relación con sus difuntos, los peruanos les entregan t’anta wawas.
Las t’anta wawas son bizcochos de pan hechos con una combinación de harinas y decorados con semillas y grageas. La denominación viene del quechua y significa “pan bebé”, se dice que esta tradición ancestral simboliza la creación del ser y al cuando se consume, se refleja su declive.
La costumbre de preparar y regalar estos panes es más fuerte en Puno, Cusco, Ayacucho y Huancavelica, y, para satisfacer la demanda de este dulce, los panaderos preparan sus wawas con días de anticipación. De hecho, algunas de ellas llegan hasta el extranjero en países como Italia, Alemania, Brasil, Argentina y Estados Unidos.
Los bizcochos pueden medir hasta medio metro, si así lo requiere el cliente. La combinación de harinas se suele basar en harina de haba, de trigo y de alverja, aunque, por ejemplo, en Huanta, se utiliza solo dos tipos: la de trigo y la del norte. En esta misma localidad, existe la tradición de remojar la wawa en vino tinto oporto para disfrutarla mejor.
Llegan a ser de diferente formas y tamaños se suele acompañar de una taza de chocolate caliente y tradicionalmente se prepara en hornos de leña. Tanta importancia tiene este alimento que durante estas fechas se realiza el Concurso Nacional de T’anta Wawas.
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Diana Ramírez R.