El Ají de Gallina es uno de los platos más representativos de la cocina criolla peruana. Reconfortante, lleno de sabor y con una textura cremosa inconfundible, se ha convertido en protagonista de las mesas familiares y en un símbolo de la identidad gastronómica del Perú. Su origen se remonta a la época colonial, cuando las influencias europeas se fusionaron con ingredientes locales, dando vida a una receta que hoy es parte esencial del patrimonio culinario del país.
Ingredientes que narran una historia
La receta tradicional combina elementos sencillos y accesibles, pero cargados de significado cultural. Para cinco porciones se utilizan: pechuga de pollo deshuesada y sin piel, papas amarillas, arroz blanco, pan remojado en leche evaporada, ají amarillo fresco o en pasta, cebolla, ajo, queso parmesano, caldo de pollo, aceitunas negras, nueces y huevos duros. Cada ingrediente aporta un matiz único: el ají amarillo otorga el característico color y picor suave, mientras que el pan y la leche crean la base cremosa que distingue al plato.
Preparación paso a paso
La elaboración del Ají de Gallina es un ritual que combina paciencia y técnica:
- Cocer el pollo en agua o caldo hasta que esté tierno, deshilacharlo y reservar parte del caldo.
- Remojar el pan en leche evaporada, creando la base de la crema.
- Procesar el ají amarillo con aceite para obtener una pasta vibrante.
- Sofreír cebolla, ajo y la pasta de ají, logrando un aderezo aromático.
- Licuar la mezcla de pan, leche, aderezo, nueces, queso parmesano y caldo, hasta obtener una crema homogénea.
- Integrar el pollo deshilachado en la crema y cocinar a fuego lento hasta alcanzar la textura perfecta.
Un plato que trasciende fronteras
Aunque profundamente arraigado en la tradición peruana, el Ají de Gallina ha conquistado paladares en todo el mundo. Su versatilidad lo convierte en un plato ideal para celebraciones, reuniones familiares o cenas especiales. Además, su preparación permite adaptaciones creativas, como el uso de pecanas en lugar de nueces o la incorporación de nuevas guarniciones.
El valor cultural del Ají de Gallina
Más allá de su sabor, este plato representa la fusión cultural que caracteriza a la gastronomía peruana. Es testimonio de cómo ingredientes locales se integraron con técnicas europeas, creando una receta que ha perdurado por siglos. Hoy, el Ají de Gallina es un emblema de la cocina criolla y un recordatorio de la riqueza cultural del Perú.
El Ají de Gallina peruano es mucho más que una receta: es un legado culinario que une generaciones y celebra la identidad de un país. Con su sabor reconfortante y su historia cargada de tradición, se mantiene como uno de los platos más queridos de la cocina latinoamericana. Prepararlo en casa es una forma de rendir homenaje a la cultura peruana y de compartir, en cada bocado, un pedazo de su historia.



